Esta sentencia culpa a las empresas que crean adictos y generan su beneficio de la adicción de las personas.
La siguiente meta debería ser conseguir ilegalizar aquellas empresas que vivan del consumo de los adictos que crean. La industria del juego es una de ellas.
Un jurado federal de Florida ha fallado que la segunda mayor empresa de cigarrillos de Estados Unidos, R.J. Reynolds Tobacco Company, debe pagar una indemnización a la viuda de un fumador por el valor de 23.600 millones de dólares (unos 17.500 millones de euros) en concepto de 'gastos punitivos'.
El jurado también ordenó a la empresa pagar a la viuda 17 millones de dólares (12,5 en euros) adicionales como 'gastos de compensación'. Es el mayor fallo hasta la fecha contra una empresa de tabaco en Estados Unidos.
Este fallo fue posible porque en 2006 el Tribunal Supremo de Florida desestimó una demanda colectiva de 145.000 millones de dólares ysentó jurisprudencia al sentenciar que para demostrar en un tribunal que un individuo murió a causa de los efectos nocivos del tabaco, basta con que los familiares demuestren que los cigarrillos provocan una adicción y su consumo los ha dejado enfermos o ha provocado alguna muerte.
Esta decisión fue ratificada el año pasado, lo cual abrió las puertas al juicio, que duró cuatro semanas y terminó este sábado en Jacksonville, al noreste de Florida, con el objetivo de dejar claro de que las grandes empresas tabacaleras tienen conocimiento de que sus productos perjudican la salud.
En este caso, la demandante ha sido Cynthia Robinson, que en 2008 entabló una demanda a nombre de su esposo fallecido, Michael Johnson Sr., que tenía 36 años, contra R.J. Reynolds, el fabricante de marcas de cigarrillos como Camel, More, Winston, Salem y otros.
"Está más que claro que el jurado quiso enviar un mensaje en el sentido de que las tabacaleras no pueden seguir mintiendo a la gente y al Gobierno, diciendo que sus productos no son adictivos y ocultar que los cigarrillos contienen sustancias químicas letales", dijo el abogado Christopher Chestnut.
Las quejas de la tabacalera
La empresa tabacalera envió al juicio a uno de sus vicepresidentes y abogado general, Jeffrey Raborn. Su reacción era la de esperar. "Estamos ante un fallo groseramente excesivo y limitado por las constituciones del estado y del país. Esto va mucho más allá de lo que es justo y razonable y no se corresponde con las pruebas que fueron presentadas", ha dicho el letrado.
Raborn ha adelantado que ahora comienza una etapa de presentación de varias mociones con el objetivo de anular el fallo, basadas en "inconsistencias" e "inexactitudes" presentadas durante las audiencias.
Además de lograr alguna compensación para la viuda de Johnson, la demanda también ha tenido como objetivo prohibir que las tabacaleras promuevan anuncios comerciales de sus productos orientados específicamente hacia la infancia y la juventud. "Si al final del camino no logramos un centavo, no hay problema. Pero al menos que este fallo haga la diferencia y salve otras vidas", ha añadido otro de los abogados de la demandante, Willie Gray.
Como es natural, este caso tiene todas las posibilidades de terminar en el Tribunal Supremo de Estados Unidos, pero las tabacaleras no las tienen todas con ellas. El mes pasado, el alto tribunal desestimó sendas apelaciones de empresas tabacaleras como la misma Reynolds, Philip Morris y Lorillard y ratificó otras sentencias que han otorgado 70 millones de dólares a víctimas del consumo de tabaco.
Según cifras del gubernamental Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), todos los años fallecen en Estados Unidos unas 480.000 personas, incluyendo víctimas del humo de otros consumidores. O sea, tres veces más fallecimientos que los provocados por las demás enfermedades.