Uno de cada cuatro nuevos ludópatas que se acercaron el año pasado para recibir tratamiento a la Federación de Asociaciones de Jugadores de Azar rehabilitados (Fajer) es adicto a juegos digitales, sobre todo apuestas deportivas, una modalidad cuyo fácil acceso y anonimato está desbancando al juego tradicional.
Fajer cuenta con asociaciones en todas las provincias andaluzas y actualmente trata a unas 10.000 personas con problemas de adicción al juego, según los datos facilitados a Efe por su presidente, Francisco Abad, si bien en el último año el número de personas que accedieron por primera vez a tratamiento en estas asociaciones fue de 3.698 y el 23,8 % son adictos sólo a juegos de azar por internet.
Además, hay también casos de adictos a un juego tanto en su modalidad presencial como digital, como el bingo o las tragaperras, por lo que según explica Abad, el avance en reducir la ludopatía tradicional está siendo contrarrestado con un aumento de las adicciones al juego por internet, donde además se empieza "a edades muy tempranas", en torno a los 16 años.
No obstante, el número de menores que llega a las asociaciones es pequeño porque "tiene que venir con sus padres" que tienden a "minimizar" el problema o a darse cuenta tarde, normalmente cuando detectan que les han quitado dinero para jugar, porque "suelen ser chicos que están mucho tiempo solos en casa".
Entre el 23,8 % de adictos al juego digital que se acercaron el año pasado a las asociaciones de Fajer para recibir tratamiento, la gran mayoría -el 71 %- tiene problemas con las apuestas deportivas y el resto con las modalidades que permiten jugar en internet al póquer (7 %), la ruleta (6,3 %), las tragaperras (4 %) o el bingo (1,2 %).
En Fajer, el tiempo mínimo que consideran que una persona debe seguir tratamiento para superar una ludopatía es de dos años sin tener ninguna recaída, un tratamiento en el que debe involucrarse el entorno y la familia.
Abad denuncia que en el caso del juego digital, sobre todo las apuestas deportivas, se emite publicidad en televisión en horario protegido pese a estar prohibido porque "a las empresas les merece la pena pagar las sanciones por los beneficios que logran".
Desde hace un año, al igual que el registro en el que las personas adictas al juego puede inscribirse para autoprohibirse la entrada en casinos, bingos y salones de juegos, existe también un registro que impide jugar por internet, ya que en estos juegos siempre es necesario meter los datos personales antes de la partida.
No obstante, incluso en el registro para los juegos presenciales, Abad denuncia que no siempre se ejerce un control en el acceso, incluso con menores, y además cada comunidad lleva sus datos por lo que si una persona quiere evitar toda tentación en cualquier ciudad debe inscribirse en los registros de cada autonomía.
De hecho, el Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, pidió recientemente mejorar estos controles en Andalucía a raíz de la denuncia de la mujer de un ludópata que pese a estar en el registro logró acceder 44 veces a un casino en un año.
Según los datos facilitados a Efe por la Consejería de Hacienda, en Andalucía hay actualmente 36.153 personas que tienen autoprohibido su acceso a casinos, salas de juegos o bingos (en algunos casos a los tres o a más de uno de estos lugares), de los que 21.385 son hombres y 14.768 mujeres.
En el caso de casinos y salas de juego, los hombre que se autoprohiben la entrada casi duplican a las mujeres pero en los bingos el número de personas inscritas es muy parecido entre ambos sexos. EFE